Thursday, January 21, 2010

Ruta del Cóndor, Mayo '09

Éramos cuatro los que nos presentamos un día de mayo a la entrada del pueblito del Alfalfal: Rodrigo, distinto al Rodrigo que ya conocen ustedes, Jorge y Oscar. Ah, y el que les escribe. La idea era recorrer otra vez la Ruta del Cóndor. (click)



Un día hermoso de mayo, un mayo caluroso para la época del año.



Cuando me presentaron la Ruta del Cóndor, fue accediendo por detrás de unos arbustos, por una acequia, por una subida corta, angosta y empinada digna de caballos y perros. Tenía la impresión que no había otra forma de entrar ahí. Como esas cosas que uno acepta como dadas para no sobrecargar el cerebro con un cuestionamiento incesante de todo, acepté que esa era la única manera de que este hombre, esta moto y esta cámara lograsen ver las vistas maravillosas de la Ruta.



Rodrigo, con su XT600 y poca experiencia de subidas cortas, angostas, empinadas, francamente dignas solamente de caballos y perros, dejó caer su gran moto al comienzo mismo del paseo. Paf. Ahí, a la sombra de los árboles, sobre los destellantes trozos de espejo quebrado. Y, también, bajo la mirada desaprobadora de un hombre de sombrero, pies en los estribos de su marrón caballo, las manos descansando ligeramente sobre el pomo de la montura. Ah, y el sol en alto y detrás suyo.



Benditos sean los cascos. Benditos sean, porque ofrecen una expresión facial uniforme y constante al mundo, como un Playmóbil. Benditos sean, porque ocultan las expresiones faciales del usuario. Benditos fueron nuestros cascos, porque los cuatro nos congelamos en el acto; protagonistas de una instantánea vergonzosa, tomada con flash cruel en un momento inoportuno.



Seré honesto: no recuerdo si nos preguntó sobre la fé que teníamos en nuestros actos (y ustedes, qué creen que están haciendo?) o si se manifestó de otra manera. Pero todos dimos un salto, y la fé que le teníamos al acto de acceder a la ruta se tambaleó un poco. Una verdadera crisis espiritual, diría yo.



Que no saben que hay que pagar para entrar? Pues no, la verdad que no. Fue ahí que apagué el motor, me saqué los lentes de sol, me quité el casco. Esta la arreglábamos por las buenas, o no habría paseo hoy. Me disculpé, expliqué nuestra ignorancia colectiva, me aguanté la cátedra tradicional sobre "las motos". Cortésmente le pregunté como se podía hacer para pagar. Me indicó: en el pueblito, un almacén. En el almacén, una señora que gustosa recibirá las pocas monedas que cobra. Luego, al costado del almacén, un portón grande y una vía de acceso ancha, como la gente.



Mis acompañantes decidieron optar por la vía fácil, por el camino de autos, y pagar. Por aquí sigue la huella hasta el almacén?, le pregunté. Para pagar, agregué. Usted? Ya ta arriba. Ya pasó, dijo el caballero, con un aire de resignación y un toque de amargura.

Conversación terminada, caballo dado vuelta, hombre ido. Exhalación profunda.



Me puse el casco, los lentes, y bajé al pueblito por la famosa entrada de autos. Le pagué los pocos pesos que cobraban por pasar. Quise dejar bien parados a los que andan en dos ruedas. Además, me bajó un mareo de perspectiva: pago estos pocos pesos, obtengo la Ruta del Cóndor, el hombre se va feliz, apoyo la economía del pueblo. Nadie pierde. Se dan cuenta? A veces a uno se le nubla la claridad mental.



Ah, se dieron cuenta de otra cosa? La narrativa no va con las fotos. Apuesto a que los pillé desprevenidos. No? Astutos son mis lectores, entonces.



Lo que sí vale la pena mencionar es la cantidad de panorámicas que van en este artículo. Si iba a parar para sacar la cámara chica, por qué sacar una sola foto? Mejor sacar las que componen una panorámica, y luego recortar. De hecho, son tantas, que omitiré la tradicional invitación a hacer click sobre la foto y verla en tamaño más grande. Si no han aprendido a estas alturas, son caso perdido, estimados lectores.



Así que eso hice. Panorámica tras panorámica. Creo que saqué como cincuenta, sesenta. No estoy seguro.



También le di como caja al filtro polarizador. Más que nada trabajé con dos longitudes focales: 18 mm y 210 mm. Como diría mi compañero de casa mexicano, el resto me valió verga.



Aquí, la única panorámica tomada con la de 210 mm y polarizador. O fue con la compacta? Ya no recuerdo. Pero aquí la tienen.



La caja Pelican se portó bien, otra vez. La piel de oveja, precisa para paseos trail como éste, la terminaría dejando en casa en la ida a Chile de Diciembre del '09. Pero no nos adelantemos.



A veces es difícil decidir qué foto colocar: la vertical o la horizontal. Cuál prefieren?



Y la vertical:



Difíciles decisiones, de verdad.

He mencionado alguna vez que, para buscar inspiración al momento de escribir, escucho música? De una manera u otra tengo que volver al estado mental de los paseos, de la Cordillera, de Chile. A veces uso a Zitarrosa, a veces a Cafrune y los demás latinos orientales. Pero la mayoría de las veces pongo a Inti Illimani. Qué talento, qué música, qué letras. Cuando un gringo me pregunta por música chilena, es Inti lo primero que se me viene a la cabeza. Y es un problema, porque dar el contexto apropiado (histórico, social) a la música es un reto formidable. A veces rompo el silencio post-pregunta con una respuesta fácil, como Los Prisioneros o alguna cosa que quizás conozca si es de origen latino (sí, a los Prisioneros igual los tocan muy de vez en cuando en las estaciones latinas de ciudades más grandes).



No, pequeño saltamontes! Para situaciones así, mejor tener velocidad a ir lentito. O corres riesgo de aplastarte los huevos, o dejar caer la moto. O ambas cosas. Te lo digo por experiencia.



Es debatible, pero acaso las dos marcas más básicas de presencia humana no son los asentamientos y los caminos? Aquí tenemos un camino. Sin mantención, cuánto duraría? Varios siglos?



Y las torres, cuándo se caerían? Cuánto durarían? Qué los tumbaría?



Quién sabe. Pero ahí están hoy, llevando energía desde El Alfalfal hasta Santiago.



En algún momento del paseo, a Rodrigo se le rompió la pata de apoyo de la XT600. Naturalmente, la bestia se fue al suelo otra vez. Desde ese punto en adelante, fue necesario buscarle una roca lo suficientemente grande como para apoyarla.

Imagínense; ya casi les conté todos los detalles del paseo, y no vamos ni en el primero quinto de las fotos.

La huella del hombre:



Las torres siguen al camino, o el camino sigue a las torres? Es como sacar a pasear a un gran perro: a veces camina junto a ti, a veces desaparece, pero sigue siempre la misma ruta general, y ambos llegan al mismo destino, cansados, polvorientos.



Me pregunto si la tierra azul denota cobre. Me pregunto si es explotable. Ojalá que no lo sea.



Otra más, no me decido, no me decido. Vertical?



Horizontal?



Pobres fierros. Nacieron, viajaron, y los abandonaron aquí. Buen día, número 242.



Y ahí está la XT apoyada. Aquí almorzamos: un tradicional sándwich de jamón con queso, agua mineral con gas, maní con miel.



Y seguimos.



Cada rincón, cada mini cumbre, cada esquina proveían una vista notable. Saqué muchas veces la cámara grande.



Y si quieres salirte del camino, lo puedes hacer.



A veces los cerros invitan; ese impulso incontrolable de llegar más y más arriba.



Y siempre ofrecen la recompensa prometida, por lo menos en este lugar.



El día avanazaba, y era hora de seguir.



Galopando sobre los cerros, las torres nos indicaban el camino.



Otro punto alto, otra vista más.






Aquí, supuestamente llevando la delantera en cuanto a experiencia técnica, fui el único en no lograr la subidita.






Niños: nunca usen elásticos para amarrar la carga en la moto.



Sin excepciones.






Mú.



Comenzaron a aparecer algunas nubes altas, suavizando las sombras, apagando un poco los colores. Maldita sea.



Por otra parte, podría resultar una puesta de sol hermosa. Quién sabe.



Ocasionalmente me gusta aplicar este efecto. Recuerdan cuando lo usé por vez última?



Si no me equivoco, este espejo convexo lo tengo desde el viaje a la Carretera Austral. Eso fue en el 2007. Cómo pasa el tiempo.



Y sí, pasa. Difícil pensar que en el 2004 ni se me había ocurrido tener moto, el 2005 todavía pensaba que en la primera mantención de los 500 km era fundamentalmente necesario que la concesionaria realizara la revisión de válvulas, sólo porque lo indicaba el manual de la moto; el 2006 le hice un olé a Europa, y me compré la 250R; el 2007 me fui a la Carretera Austral y luego a USA a vivir. Coño, cómo pasa el tiempo, marica.



En un paseo pasado a la Ruta del Cóndor tomé una panorámica aquí, en este mismo punto. No salió bien, porque una de las fotos salió desenfocada. Mea culpa.



Ah, pero qué es esto? Promete, promete.



El cono del Cerro Colorado.



En algún momento me separé de los demás. No recuerdo si fue aquí, explorando un camino lateral con una torre como destino final.



O quizás fue aquí, por parar a sacar la cámara grande y armar una panorámica.



Recuerdo haber estado cautivado por El Plomo. Les digo honestamente: no recuerdo un paseo que yo haya hecho, salvo que haya sido fuera de Santiago o a las Lagunas del Santuario, donde no me haya fijado en la cara familiar, paternal de El Plomo. Lo veo también desde las calles de Santiago, haciendo trámites, visitando amigos, desde el auto, desde la moto, a pie, saliendo del Metro, en todas partes. La Paz tiene su Illimani, Ciudad de México su Popocatépetl y en lo que a mi concierne, Santiago tiene su Plomo.



Me visitaron.



De verdad esta vista daba para un buen rato de contemplación.



Es impresionante pensar que éstas son las luces que se ven de noche desde, por ejemplo, Av. Apoquindo, y éstas son las ventanas que, en cierta época del año, reflejan el el sol del atardecer, produciendo brillantes puntos anaranjados en la cordillera.



Ya los demás habían seguido su camino. Yo seguí sacando fotos, fascinado.



Cómo resultaría la puesta de sol? Difícil saber.



He pensado imprimir algunas de estas fotos como gigantografías. Creo que la que imprimiría sería ésta.



O ésta? No me decido.



Están cansados de la misma vista? Será la penúltima.



Y la última.



De bajada, creo que me topé con alguien más. La verdad, no recuerdo quién era. Creo que era Rodrigo.



Se va acabando el paseo, vamos bajando al valle.



De aquí en adelante, el sol iba oculto tras los cerros, y sólo quedaba llegar al tradicional puesto de empanadas, detrás del control de Carabineros.



Y saben lo que me dijo el caballero de las empanadas?

A la casa! A una ducha, un vino caliente y una buena hembra.

Y pues no me quedó opción más que hacerle caso.

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14 Comments:

Blogger JSD said...

excelentes fotos y genial relato, como siempre.
Saludos

6:11 PM  
Blogger Moonyta Misa said...

hola me encanto tu blog y las fotos estan hermosas. Confieso que lei todo tu viaje de la carretera austral mas que nada por el echo de que espero poder hacer ese viaje en unos dias mas,no en moto claro.
El link de tu blog me lo dio mi amiga Aina el otro día ya que con ella pretendo viajar XD

bueno suerte en tus viajes

3:36 AM  
Anonymous diego said...

hola, excelente blog amigo,hace tiempo que lo vengo viendo...espectaculares paisajes!!.

ya tendré mi motito para realizar esos paseos...

te puedo hacer una pregunta?

¿cómo entras a la "ruta del condor" por el alfalfal?...porque una vez pregunté en la central eléctrica y me dijieron que era un camino privado,que no se puede entrar y la unica forma de entrar era pedir un permiso especial a no se quien....
entonces...¿cómo lo haces?...es que quiero saber para algún día hacer esa ruta!!!ya que me queda más cerca por el alfalfal

gracias!

suerte en tus próximos viajes

saludos

9:37 PM  
Blogger  said...

lindas imagenes!!

saludos!!

11:12 PM  
Blogger ALEJANDRA FABRES said...

LEI TODO TU RELATO Y ESTOY LLORANDO, ES UNA MEZCLA DE EMOCION Y TRIZTESA. YO ESTUVE AHI CON EL Q FUE MI HOMBRE ALGUNA VEZ, AUNQUE NUNCA LO FUE REALMENTE,TODAVIA LO AMO A PESAR DEL DOLOR Y SE Q NUNCA VOLVERE A ESE LUGAR TAN HERMOSO.CREO Q UNO DE TUS ACOMPAÑANTES A ESA PEREGRINACION ERA EL, MI AMOR Q NUNCA ME AMO, LINDA TUS FOTOS, GRACIAS
ALEJANDRA F.

2:17 AM  
Blogger Rodrigo Ledezma said...

Genial tu blog, buenas imágenes buen relato. Tu blog fue una de las motivaciones para bajarme de una honda vfr nc30 y subirme en una honda xr.
Gracias

12:29 AM  
Anonymous Ron said...

Se agradece todo el material que has publicado... y bueno... que ha pasado todo este tiempo que nada ha pasado?
suerte con todo y felicitaciones por tu blog. esta buenisimo!

7:32 PM  
Anonymous Cristian said...

Estimado, ya va casi un año. Ojala que esté todo bien.

Saludos

7:29 PM  
Anonymous Anonymous said...

HOLA BLADE RUNNER

ESPERO QUE ESTES BIEN!

PODRIAS HABLAR ALGO DE LAS BACTERIAS QUE SE ALIMENTAN DE
Arsénico AS 33.

6:49 PM  
Anonymous Ruth said...

Que cámara usas? Excelentes fotos!!!

12:22 AM  
Blogger Christophe said...

Siempre vuelvo a El Cantar de la Lluvia, me encanta. Un consejo, durandal: como /rule of thumb/ si el sujeto es vertical, la foto queda mejor vertical; si es horizontal, la foto queda mejor horizontal. Parte de esto como base.

3:04 PM  
Anonymous Orlando Cornejo G. said...

Durandal... Paul... de tanto leer tus aventuras y ver las impresionantes imágenes que acompañan tus relatos, me he vuelto adicto a cada aventura... incluyendo tus relatos científicos que coronan y combinan tu innata capacidad intelectual con la sensibilidad que ya se quisiera cualquiera escritor o fotógrafo de renombre mundial. Ya me siento parte de tus amigos, ya que te acompaño en cada salida y en cada click de la maquina... pero algo pasó que ya no has continuado estos fascinantes relatos... porfa vuelve... tienes muchos que esperan por nuevas aventuras.

Buena suerte amigo, y ojala te encuentres bien.
Te esperamos...

6:31 AM  
Anonymous acné said...

bonitas fotos, te felicito amigo

8:21 PM  
Blogger Jesu Ortúzar said...

Excelente blog!! Muy buenas fotos, amé los paisajes y los relatos...
Humor para contarlos, eso es genial!

11:10 PM  

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