La Serena, Parte 3: El Retorno a Santiago
Y al tercer día despertamos temprano, sin haber salido la noche anterior, y armamos las cosas para partir. Algunos se irían más tarde, pero yo quería aprovechar el día para recorrer el interior de Chile entre La Serena y Santiago, evitando la Ruta 5, y poniendo así fin al fantástico viaje de tres días a La Serena (Parte 1, Parte 2A, Parte 2B).
La ruta que tomamos fue la siguiente:

Y de los Vilos hasta Viña del Mar, y luego Santiago por la Ruta 68.
Aquí FuturoAs con su hijo.

Neblina y llovizna, qué desagradable.

Con Ben Kenobi, Dusan y el otro Rodrigo partimos en la dirección general de Ovalle. Pronto habíamos dejado atrás la neblina, y comenzó el calor.

Aproveché de echarle grasa a la cadena, que estaba seca, cortesía de Ben.


Sí, ese es el equipaje que llevaba en la moto. Ridículo, cierto?


Después de esa cuesta, curvas y camino en bajada.





El Embalse La Paloma.


Tranquilidad, calor, brisa fresca.

Tenía unas ganas enormes de tirarme al agua, pero había que seguir.

Aquí nos separamos de Rodrigo y Dusan, ya que seguirían otra ruta más principal, y Ben Kenobi y yo exploraríamos cuanto camino de tierra se nos cruzara.


El embalse.


Cerca de Monte Patria: sí, es Condorito (con barba) y Yayita. Inexplicable.


Pasamos por montones de puebluchos perdidos, secos, polvorientos, con la gente sentada en la poca sombra que daba la vereda norte, en las puertas de las casas, en la plaza, mirando como si fuéramos astronautas.

Hablando de astronautas...

Y seguimos a otro pueblo. Y otro. En cada pueblo, gente en la plaza, y a veces, chicas bonitas caminando por ahí. Era fácil imaginar lo que pensaban los lugareños al vernos pasar lentamente al lado de las chiquillas... algo salido de un Western antiguo: vuélvete por el camino por donde te viniste, forastero... aquí no necesitamos gente como tú... y nuestras mujeres tampoco... diría un sombrío personaje, luego escupe tabaco y por detrás pasa un matorral seco rodando en el viento. Y su caballo, amarrado a un poste afuera del bar, relincha.

Paramos en Combarbalá porque mi cadena no sólo estaba seca, sino que además estaba sonando raro. La revisé, y estaba extremadamente suelta. Por suerte en la estación de servicio tenían un poco de aceite y una chicharra para ajustar la cadena.

Después de Combarbalá venía la Cuesta La Viuda, una zona de increíbles curvas.

En algún momento, Ben paró para fotografiar algo cerca del desvío que habíamos planeado tomar, hacia la Reserva Nacional Las Chinchillas. Para variar, yo no lo vi y pasé de largo, y éste tuvo que salir persiguiéndome. Finalmente no tomamos el camino que nos habría llevado por Illapel.


Y aquí el sol ya se había puesto, y antes que se nos fuera la luz, nos vestimos con toda la ropa para el frío, y seguimos.

Bajamos por un camino interminable hacia la costa, con el último resplandor del día en el cielo. De vez en cuando, alguna luz al costado del camino, alguna solitaria casa.
A ratos Ben y yo nos coordinábamos para apagar simultáneamente las luces de ambas motos, y en el momento que lo hacíamos, el cielo se inundaba de un manto plateado, la Vía Láctea. No había luna, pero con las estrellas bastaba para ver bastante bien. Normalmente, al hacer esto, yo me colocaba detrás de la moto de Ben, ya que yo tengo pequeñas luces de posición en los intermitentes, unos LED amarillos que instalé hace tiempo, y así él me podría ver por el espejo retrovisor. Cuando cambiamos de ubicación, y él se colocó detrás de mi moto, lo perdí por completo. No sabía si estaba a dos metros o a un kilómetro. Se me ocurrió entonces algo para hacerlo aparecer: apliqué levemente el freno, justo lo suficiente para que se prendiera la luz de freno. En mis espejos apareció un ténue fantasma rosado; era el reflector de su foco principal. Te pillé!
Eventualmente llegamos a la Ruta 5, y seguimos monótonamente hasta Los Vilos. Ahí decidimos dar vueltas por el pueblo, y juro que nunca he visto un lugar con tal tasa de moteles per cápita. Dimos vueltas por las afueras, urbanizaciones a medio terminar y casas sombrías al borde de la playa.
En un momento de inspiración, recordé que una amiga estaría en Viña esa noche, así que la llamé y quedamos en pasarlas a visitar. Horas después llegamos al departamento, y conversamos y escuchamos música hasta tarde.
Era ya la hora de volver, así que tomamos la Ruta 68 hasta Santiago.
Muertos de frío, cansados, polvorientos y con hambre, llegamos a las 6:30 AM a nuestras casas, exactamente 72 horas después de haber partido hacia La Serena.
Un viaje inolvidable.
La ruta que tomamos fue la siguiente:

Y de los Vilos hasta Viña del Mar, y luego Santiago por la Ruta 68.
Aquí FuturoAs con su hijo.

Neblina y llovizna, qué desagradable.

Con Ben Kenobi, Dusan y el otro Rodrigo partimos en la dirección general de Ovalle. Pronto habíamos dejado atrás la neblina, y comenzó el calor.

Aproveché de echarle grasa a la cadena, que estaba seca, cortesía de Ben.


Sí, ese es el equipaje que llevaba en la moto. Ridículo, cierto?


Después de esa cuesta, curvas y camino en bajada.





El Embalse La Paloma.


Tranquilidad, calor, brisa fresca.

Tenía unas ganas enormes de tirarme al agua, pero había que seguir.

Aquí nos separamos de Rodrigo y Dusan, ya que seguirían otra ruta más principal, y Ben Kenobi y yo exploraríamos cuanto camino de tierra se nos cruzara.


El embalse.


Cerca de Monte Patria: sí, es Condorito (con barba) y Yayita. Inexplicable.


Pasamos por montones de puebluchos perdidos, secos, polvorientos, con la gente sentada en la poca sombra que daba la vereda norte, en las puertas de las casas, en la plaza, mirando como si fuéramos astronautas.

Hablando de astronautas...

Y seguimos a otro pueblo. Y otro. En cada pueblo, gente en la plaza, y a veces, chicas bonitas caminando por ahí. Era fácil imaginar lo que pensaban los lugareños al vernos pasar lentamente al lado de las chiquillas... algo salido de un Western antiguo: vuélvete por el camino por donde te viniste, forastero... aquí no necesitamos gente como tú... y nuestras mujeres tampoco... diría un sombrío personaje, luego escupe tabaco y por detrás pasa un matorral seco rodando en el viento. Y su caballo, amarrado a un poste afuera del bar, relincha.

Paramos en Combarbalá porque mi cadena no sólo estaba seca, sino que además estaba sonando raro. La revisé, y estaba extremadamente suelta. Por suerte en la estación de servicio tenían un poco de aceite y una chicharra para ajustar la cadena.

Después de Combarbalá venía la Cuesta La Viuda, una zona de increíbles curvas.

En algún momento, Ben paró para fotografiar algo cerca del desvío que habíamos planeado tomar, hacia la Reserva Nacional Las Chinchillas. Para variar, yo no lo vi y pasé de largo, y éste tuvo que salir persiguiéndome. Finalmente no tomamos el camino que nos habría llevado por Illapel.


Y aquí el sol ya se había puesto, y antes que se nos fuera la luz, nos vestimos con toda la ropa para el frío, y seguimos.

Bajamos por un camino interminable hacia la costa, con el último resplandor del día en el cielo. De vez en cuando, alguna luz al costado del camino, alguna solitaria casa.
A ratos Ben y yo nos coordinábamos para apagar simultáneamente las luces de ambas motos, y en el momento que lo hacíamos, el cielo se inundaba de un manto plateado, la Vía Láctea. No había luna, pero con las estrellas bastaba para ver bastante bien. Normalmente, al hacer esto, yo me colocaba detrás de la moto de Ben, ya que yo tengo pequeñas luces de posición en los intermitentes, unos LED amarillos que instalé hace tiempo, y así él me podría ver por el espejo retrovisor. Cuando cambiamos de ubicación, y él se colocó detrás de mi moto, lo perdí por completo. No sabía si estaba a dos metros o a un kilómetro. Se me ocurrió entonces algo para hacerlo aparecer: apliqué levemente el freno, justo lo suficiente para que se prendiera la luz de freno. En mis espejos apareció un ténue fantasma rosado; era el reflector de su foco principal. Te pillé!
Eventualmente llegamos a la Ruta 5, y seguimos monótonamente hasta Los Vilos. Ahí decidimos dar vueltas por el pueblo, y juro que nunca he visto un lugar con tal tasa de moteles per cápita. Dimos vueltas por las afueras, urbanizaciones a medio terminar y casas sombrías al borde de la playa.
En un momento de inspiración, recordé que una amiga estaría en Viña esa noche, así que la llamé y quedamos en pasarlas a visitar. Horas después llegamos al departamento, y conversamos y escuchamos música hasta tarde.
Era ya la hora de volver, así que tomamos la Ruta 68 hasta Santiago.
Muertos de frío, cansados, polvorientos y con hambre, llegamos a las 6:30 AM a nuestras casas, exactamente 72 horas después de haber partido hacia La Serena.
Un viaje inolvidable.


PNGwriter
Dando Jugo En La Parva
La Ruta Del Cóndor, Invierno '09
Al Cerro Renca Con Alvaro
Al Valle Las Arenas Con Camilo
De Albuquerque A Santiago, Invierno '09
Retrospectiva Fotográfica 2008
Las Lagunas Del Santuario 3: Montañas y Sorojchi
Rally Dakar Argentina-Chile '09
De Valparaíso A Ritoque
A Lagunillas Con Camilo
Solito A La Laguna Piuquenes
Al Embalse El Yeso Con Rodrigo
A La Yesera Con Alvaro
De Albuquerque A Santiago, Verano '09
Y Ahora, Al Norte!
Cómo Firmar Tus Fotos
Jemez National Forest
Hacia Las Sangre de Cristo
Valles Caldera
Los Álamos, NM
La Vuelta A Los Yunai Esteits
Cajón del Maipo Nevado
Santiago En HDR
Cerro Pochoco
Cerro Renca
Cabezón
Del Río Puerco a Río Rancho
Vuelta Jémez
San Lorenzo Canyon
Sandía Peak, Madrid, Cerrillos
Lagunillas '08
Tranque Las Cenizas y La Invernada
San Francisco de Mostazal y Alrededores
Reñaca Beach y el J Cruz
Tranque La Luz y Playa Las Docas
La Ruta del Cóndor
Valle Nevado y Laguna Piuquenes
Valle de las Arenas 2
De La Parva a Piedra Numerada
Valle De Las Arenas
Las Lagunas del Santuario 2: Laguna Los Ángeles
Carreras En Leyda 4
El Tabo Y La Central Hidroeléctrica El Sauce
Explorando Los Cerros De Lampa
A Baños De Colina Por El Otro Camino
Las Minas De La Cuesta La Dormida
Las Lagunas del Santuario
Segunda Caravana De Protesta Por Un Tag Justo
Caravana De Protesta Contra El Tag
Enduro En Lagunillas
Embalse El Yeso Y Termas Del Plomo
Paseo A Peñuelas
Cerro Chena
Carreras en Leyda 3
Lagunillas 2
Baños de Colina 2
Carretera Austral: Índice Visual
La Pequeña Gigante y Termas Del Plomo 2
De Vuelta En Dos Ruedas
Carreras en Leyda 2
Quantum Optics III En Pucón
Meseta En Chicureo
Chanta, Picante, Roto: Recoge Tu Botella De Cerveza Y Lárgate A Tu Casa
Aviones y Cerros
Camino Cortado
Lubricación De La Suspensión Trasera Y Ajuste De Válvulas #2
Paseo A Lagunillas
Laguna Verde 2
Antipaseo A Aculeo
Ahora Sí, Cerro El Roble
Baños De Colina
Algunos Caminan Sobre La Nieve
Carreras 400 cc En Leyda
La Serena, Parte 3: La Vuelta A Santiago
Casi Cerro El Roble
A Curacaví Con ARV
Un Toro, Dos Vacas, Un Zorro
La Serena, Parte 2B: Valle Del Elqui
Escape A Cuesta La Dormida
Ajuste De Válvulas
La Serena, Parte 2A: Coquimbo Y La Recova
Barro Y Pinos
La Serena Parte 1
Enchúlame El Tubo De Escape
Paseo A Laguna Verde
Paseo a la Mina
Termas El Plomo
Acampando en Colliguay
Paseo a Portillo
Paseo a Olmué y Con Con
Siete Tazas
Mirando cómo se va el día que me trajo hasta aquí
Motos de Buenos Aires
Paseo a Talca con el Grupo Adach
Torres y Cerros
Las Trancas 05
Maria Pinto, Melipilla, Aculeo
El Carburador y Yo




10 Comments:
nuevamnete tremendas fotos, muy buena esa de la rueda en marcha.
tu post está increíble.
Entrete
Veo y Veo Fotos!!!!
Que ganas de comprarme una moto!!!
Hola!!!
bueno me toca postear a mi
y te quiero decir que me encanta tu blog, tus fotos estan muy lindas, ya te lo habia dicho...y sigue asi, no pierdas eso...
y ya sabes, muchos regaloneos y abrazos cuando vengas a Coquimbo, que lo pasaremos super bien, de eso no te quepa duda.-
muchos cariños
cuidate
Claudia.-
Venía leyendo tu viaje a La Serena desde hace tiempo, me parece que desde el camping en Valle de Elqui. Recuerdo que hace unos años, en la orilla del embalse La Paloma hundí en el olvido un papel que contenía la lista de cosas que quería dejar en el pasado, no sé cómo me surgió la idea, pero el agua limpió de mi vida el contenido impreso en tinta.
Tus fotos son hermosas, te percibo como alguien desprendido y volátil, aventurero... yo no creo tener coraje para viajar cruzando el viento por tantas horas.
Besssssssssos
Mariposa,
Yo alguna vez hice lo mismo, pero en la arena de la playa, para que el mar se lo llevara. No soy muy de hacer esas cosas, pero lo hice porque era año nuevo, y bueh, quién sabe.
Tenía 17, pasando a 18 años, y estaba chato.
Mi mensaje?
"FALTA DE SEXO".
Saludos,
d.
JUjujujujuju... y resultó? Al parecer yo estoy lista para escribir un nuevo papelito e ir a lanzarlo por allí...
Insisto, AMO TUS FOTOS!!! las veo una y otra vez.
Bessssos
Nati
Nati,
Pues sabes? Sí. Pero hubo una demora de tiempo de escala geológica antes de que funcionara. No se le puede pedir más al mar, no?
Me alegra que te gusten las fotos, para eso hice el blog. Si quisieras compartir el link al blog con amigos y amigas, no me quejo :-)
Saludos,
d.
Tenga cuidado con la velocidad!
Gracias por pstear en mi blog!
adeu!
Post a Comment
<< Home