Ahora Sí, Cerro El Roble!
A pesar de que el domingo en la mañana llegué a Santiago a las 9 am, luego de haber estado metido en un bus desde las 3:15 am viniendo de La Serena, decidí que sería el día en que conocería la cumbre del Cerro El Roble.
El motivo que me llevó a La Serena es uno espectacular y doblemente bobo; por un lado, tuve que dar el examen TOEFL en La Serena porque lo inscribí tarde y no quedaban cupos en Santiago, y por el otro que yo, con el inglés de lengua materna, tenga que pagar una cantidad no despreciable de dinero por estar 4 horas sentado frente a un computador leyendo, escribiendo y hablando puras huevadas es simplemente ridículo.
Qué obtuve? Una caminata por la playa y ampollas en los pies por no darme cuenta que mis extremidades inferiores se habían puesto pusilánimes durante el invierno. Bah, me las cortaré.
Por esas cosas de la vida, en la playa misma me topé con Richytoo y señora, los que gentilmente nos invitaron a su casa a pasar el rato antes de la prueba, y luego nos llevó hasta el colegio (que estaba decididamente mucho más lejos de lo que pensábamos). Gracias maestro!
Salí primero de la prueba, a eso de las 11 PM, y como mis otros dos compañeros de la Delegación De Huevones (los que también dejaron la inscripción para último minuto) estaban todavía envueltos en el arduo proceso de escuchar, leer, escribir y hablar huevadas, me quedé afuera, haciendo un noble y honesto intento por levantarme a las chicas lindas que iban terminando. Todas emparejadas. Incluso, como si el Destino quisiera entretenerse lanzando una broma de mal gusto, una de las chicas tuvo su despedida de soltera la noche anterior. No hay derecho, che.
Partimos apiñados en un auto que se caía a pedazos; al parecer un amigo de los guardias del International School of La Serena es un hombre con una generosidad enorme, y nos llevó al terminal en su pelela con ruedas por la módica suma de luca por cabeza (la ruta fue básicamente bajar desde el comienzo de cuatro esquinas, hasta la 5).
El Señor Nitales decidió quedarse dormitando en el terminal, y partimos a tratar de amenizar la noche con el Sr Andrade. La noche fue semiamena, y no hicimos más que ver una pantalla gigante con un remix de videos musicales, y asignar puntaje de camellos a las chicas del local. Creo que el gran total de camellos asignados fue aproximadamente 2, junto con 4 cabras y una docena de dátiles.
En fin. Ese fue mi viaje a La Serena. Ahora sobre el paseo al Cerro El Roble.
Este perrito esperaba alguna parte de la empanada que compré en Los Máximos Pinos.
La vez pasada no pude llegar a la cumbre por la nieve. Esta vez la misma señora de la entrada me indicó que podría pasar, pero con la condición de estar de vuelta a las 5 pm, porque ella tenía que cerrar la reja.
Eran las 3:15 PM, y tenía confianza de poder hacerlo a tiempo. Por si surgía algún inconveniente, me apuré en subir. Y llegúe!
Esta es la vista desde la cumbre. O, si quieres la versión de 954 Kb, aquí.
En la cumbre había un complejo de antenas, y además un observatorio, de la Universidad de Chile.
Y la vista, impresionante. A lo lejos, Aconcagua.
No había nadie allá arriba. Sólo el viento.
Ese es el camino que se toma para llegar.
Al parecer, un teleférico, pero no sé si se usa.
El camino de vuelta.
El cansancio me comenzó a alcanzar en el camino desde Til Til hasta la carretera, así que paré un rato.
Y después seguí a Santiago. Tomé el Camino Juan Pablo II desde Chicureo hasta Lo Barnechea, llegué a casa, caí en la cama, y dormí desde las 8 pm hasta las 9 am. Y tuve un sueño:
Era de noche, miles de casitas enanas apiñadas una al lado de otra, pasillos barrosos entre ellos. Todos dormían, y había empujado la XR hasta ese punto para no despertar a nadie, ya que no me parecía conveniente atraer la atención, particularmente no en ese lugar. Y dejé a dos amigas encargadas de la moto, algo así, y partí a hacer algo, sigilosamente, deseando no ser notado ni visto, y si ese era el caso, deseando que me ignoraran. A ratos los pasillos cerrados entre las casitas enanas de madera se abrían, y había una vía un poco más ancha, de un par de metros. Por ser sábado yo temía que se diera el fenómeno "plaza de barrio" en algún espacio abierto, por lo que a veces tenía que retroceder y buscar otra pasada más oscura. Ninguna luz en las ventanas, aquí no había electricidad porque nadie podía pagarla. Eventualmente hice lo que tenía que hacer, y volví a la moto. No partía, y estaba distinta, sin protectores de puños ni nada. Comencé a desarmar el carburador para ver si podía repararla, cuando sale un tipo de una de las casetas, y me doy cuenta que no era mi moto, era otra. Muy avergonzado le explico, y él sigue todavía tan dormido que no se enoja. Aparentemente había tomado un desvío equivocado. Llegué a mi moto, y ahí estaban las amigas todavía, esperando. La hice partir, y antes que el ladrido del motor pudiera despertar a la población entera, salí rugiendo por el camino más recto y largo que había, a casa.
El motivo que me llevó a La Serena es uno espectacular y doblemente bobo; por un lado, tuve que dar el examen TOEFL en La Serena porque lo inscribí tarde y no quedaban cupos en Santiago, y por el otro que yo, con el inglés de lengua materna, tenga que pagar una cantidad no despreciable de dinero por estar 4 horas sentado frente a un computador leyendo, escribiendo y hablando puras huevadas es simplemente ridículo.
Qué obtuve? Una caminata por la playa y ampollas en los pies por no darme cuenta que mis extremidades inferiores se habían puesto pusilánimes durante el invierno. Bah, me las cortaré.
Por esas cosas de la vida, en la playa misma me topé con Richytoo y señora, los que gentilmente nos invitaron a su casa a pasar el rato antes de la prueba, y luego nos llevó hasta el colegio (que estaba decididamente mucho más lejos de lo que pensábamos). Gracias maestro!
Salí primero de la prueba, a eso de las 11 PM, y como mis otros dos compañeros de la Delegación De Huevones (los que también dejaron la inscripción para último minuto) estaban todavía envueltos en el arduo proceso de escuchar, leer, escribir y hablar huevadas, me quedé afuera, haciendo un noble y honesto intento por levantarme a las chicas lindas que iban terminando. Todas emparejadas. Incluso, como si el Destino quisiera entretenerse lanzando una broma de mal gusto, una de las chicas tuvo su despedida de soltera la noche anterior. No hay derecho, che.
Partimos apiñados en un auto que se caía a pedazos; al parecer un amigo de los guardias del International School of La Serena es un hombre con una generosidad enorme, y nos llevó al terminal en su pelela con ruedas por la módica suma de luca por cabeza (la ruta fue básicamente bajar desde el comienzo de cuatro esquinas, hasta la 5).
El Señor Nitales decidió quedarse dormitando en el terminal, y partimos a tratar de amenizar la noche con el Sr Andrade. La noche fue semiamena, y no hicimos más que ver una pantalla gigante con un remix de videos musicales, y asignar puntaje de camellos a las chicas del local. Creo que el gran total de camellos asignados fue aproximadamente 2, junto con 4 cabras y una docena de dátiles.
En fin. Ese fue mi viaje a La Serena. Ahora sobre el paseo al Cerro El Roble.
Este perrito esperaba alguna parte de la empanada que compré en Los Máximos Pinos.
La vez pasada no pude llegar a la cumbre por la nieve. Esta vez la misma señora de la entrada me indicó que podría pasar, pero con la condición de estar de vuelta a las 5 pm, porque ella tenía que cerrar la reja.
Eran las 3:15 PM, y tenía confianza de poder hacerlo a tiempo. Por si surgía algún inconveniente, me apuré en subir. Y llegúe!
Esta es la vista desde la cumbre. O, si quieres la versión de 954 Kb, aquí.
En la cumbre había un complejo de antenas, y además un observatorio, de la Universidad de Chile.
Y la vista, impresionante. A lo lejos, Aconcagua.
No había nadie allá arriba. Sólo el viento.
Ese es el camino que se toma para llegar.
Al parecer, un teleférico, pero no sé si se usa.
El camino de vuelta.
El cansancio me comenzó a alcanzar en el camino desde Til Til hasta la carretera, así que paré un rato.
Y después seguí a Santiago. Tomé el Camino Juan Pablo II desde Chicureo hasta Lo Barnechea, llegué a casa, caí en la cama, y dormí desde las 8 pm hasta las 9 am. Y tuve un sueño:
Era de noche, miles de casitas enanas apiñadas una al lado de otra, pasillos barrosos entre ellos. Todos dormían, y había empujado la XR hasta ese punto para no despertar a nadie, ya que no me parecía conveniente atraer la atención, particularmente no en ese lugar. Y dejé a dos amigas encargadas de la moto, algo así, y partí a hacer algo, sigilosamente, deseando no ser notado ni visto, y si ese era el caso, deseando que me ignoraran. A ratos los pasillos cerrados entre las casitas enanas de madera se abrían, y había una vía un poco más ancha, de un par de metros. Por ser sábado yo temía que se diera el fenómeno "plaza de barrio" en algún espacio abierto, por lo que a veces tenía que retroceder y buscar otra pasada más oscura. Ninguna luz en las ventanas, aquí no había electricidad porque nadie podía pagarla. Eventualmente hice lo que tenía que hacer, y volví a la moto. No partía, y estaba distinta, sin protectores de puños ni nada. Comencé a desarmar el carburador para ver si podía repararla, cuando sale un tipo de una de las casetas, y me doy cuenta que no era mi moto, era otra. Muy avergonzado le explico, y él sigue todavía tan dormido que no se enoja. Aparentemente había tomado un desvío equivocado. Llegué a mi moto, y ahí estaban las amigas todavía, esperando. La hice partir, y antes que el ladrido del motor pudiera despertar a la población entera, salí rugiendo por el camino más recto y largo que había, a casa.
6 Comments:
Lindas fotos (la cordillera maravillosa) y entrete los escritos, te felicito .
Buen relato, buena hazaña esa de querer ligarte a las chicas jajajaja, muy lanzado quizas.
Como siempre buenisimas fotos, precisas.
te cuidas
bye
Soy uno de los pasteles del viaje a La Serena... llegué muerto el domingo, luego de ir y volver el mismo día, y una larguísima prueba entre eso... cómo pudiste salir? Yo sólo pude dormir ese día.
Saludos
Cuando un paseo llama, hay que hacer caso :-)
d.
Excelentes fotos!! Que lata lo de la prueba, pero hay que gente burocrática que por más que les hablas en inglés, les muestras pasaporte demostrando nacionalidad, y no te creen que sabes inglés. Ridículo. Pero bien "bobo" dejarlo para último minuto... ;-)
Chino hereje. Nah! Linda la chinita y los colores.
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