Escape a Cuesta la Dormida!
Desperté pasada las 12 del día, y el cielo estaba nublado, pero se alcanzaban a ver áreas más claras por aquí y por allá. Decidí salir a tratar de encontrar cielos más despejados.
Tomé la Ruta 5 hacia el norte; recordé algunos caminos que había visto en la última pasada por la Cuesta la Dormida, caminos que aparentemente permitían explorar los cerros de los alrededores. También los había visto en Googe Earth. Bueno, vamos a ver qué tal.
Llegué a la cuesta sin novedad, y el cielo estaba ahora solamente con nubes altas y tenues. La puesta de sol seguramente sería buena.
Para dar una mejor idea de las vuelta que me di, ofrezco este archivo de ubicaciones para Google Earth.
Contiene la ubicación de los puntos relevantes.
Cuando llegué al desvío hacia Til Til, me encontré con un agradable sol de atardecer.
Difícil imaginar que en Santiago todavía seguía nublado.
Cuando llegué a la cima de la Cuesta, vi que los Carabineros estaban controlado los vehículos que venían desde Olmué. Siempre me ponen nervioso, nunca sabes cuándo te va a tocar un paco en vez de un Carabinero.
Quedaba todavía tiempo antes del atardecer.
Tomé el camino que sale de la cima hacia Rungue. Camino de tierra! Al fin!
Al poco andar, un desvío hacia mi derecha. Como éste era más empinado y en peor estado que el camino por donde venía, lo tomé. Pronto me di cuenta que llegaría a las antenas que coronan el cerro. Al parecer no había nadie.
Seguí pasadas las antenas, por el otro lado del cerro, siguiendo una huella apenas del ancho de un 4x4.
Si hubiera seguido por ahí habría llegado seguramente a las casas que se encuentran en los valles cercanos. Decidí volver a la cima de la cuesta.
El sol ya se ponía. Me detuve bajo las torres de alta tensión (sorprendentemente se ven claramente en Google Earth).
Silencio, luz anaranjada y rosada por todas partes.
Hasta que finalmente el sol se puso.
Tomé la moto y bajé por el lado poniente de la cuesta, buscando el camino que había visto la vez pasada. Resultó ser un pequeño proyecto de reforestación, y el camino se acabó a los 100 metros. Volví a subir, y pasé nerviosamente a los Carabineros. Me coloqué detrás de un camión al pasar.
A la bajada, ya a oscuras, puse el motor en neutro. Las curvas y la pendiente son más graduales en el lado oriente de la cuesta, y me fui con el sonido del motor en ralentí, la visera del casco arriba, el viento silbando.
A diferencia de lo postulado por algunos hace unas semanas en el Foro Adach, no fue el fin del mundo, no perdí el control de la moto, y las curvas fueron una delicia relajada, incluso diría que fue más grato tomar las curvas con el motor en neutro. Una gran y cómoda bicicleta bajando un camino casi a oscuras a 65 km/h.
Vi que a lo lejos, por detrás, se acercaba un auto. Aceleré las RPM del motor, todavía en neutro, para darle más intensidad a mis luces y así ser más visible. Grande fue mi sorpresa cuando sentí un efecto de frenado al acelerar el motor. Cuando el auto había pasado ya, lo hice de nuevo. Efectivamente, al acelerar desde ralentí hasta mayores RPM, aparece una desaceleración pequeña pero ciertamente notoria en la velocidad de la moto. Similarmente, al soltar el acelerador, la desaceleración desaparecía.
Jugué con esto un buen rato. Supongo que tiene que ver con alguna parte del motor transfiriendo su momento a alguna otra por medio del aceite, como sucede en un convertidor de torque. Qué sé yo.
Compré una empanada en el lugar de siempre, y volví a Santiago, maldiciendo los bichos que se pegaban en la visera.
Tomé la Ruta 5 hacia el norte; recordé algunos caminos que había visto en la última pasada por la Cuesta la Dormida, caminos que aparentemente permitían explorar los cerros de los alrededores. También los había visto en Googe Earth. Bueno, vamos a ver qué tal.
Llegué a la cuesta sin novedad, y el cielo estaba ahora solamente con nubes altas y tenues. La puesta de sol seguramente sería buena.
Para dar una mejor idea de las vuelta que me di, ofrezco este archivo de ubicaciones para Google Earth.
Contiene la ubicación de los puntos relevantes.
Cuando llegué al desvío hacia Til Til, me encontré con un agradable sol de atardecer.
Difícil imaginar que en Santiago todavía seguía nublado.
Cuando llegué a la cima de la Cuesta, vi que los Carabineros estaban controlado los vehículos que venían desde Olmué. Siempre me ponen nervioso, nunca sabes cuándo te va a tocar un paco en vez de un Carabinero.
Quedaba todavía tiempo antes del atardecer.
Tomé el camino que sale de la cima hacia Rungue. Camino de tierra! Al fin!
Al poco andar, un desvío hacia mi derecha. Como éste era más empinado y en peor estado que el camino por donde venía, lo tomé. Pronto me di cuenta que llegaría a las antenas que coronan el cerro. Al parecer no había nadie.
Seguí pasadas las antenas, por el otro lado del cerro, siguiendo una huella apenas del ancho de un 4x4.
Si hubiera seguido por ahí habría llegado seguramente a las casas que se encuentran en los valles cercanos. Decidí volver a la cima de la cuesta.
El sol ya se ponía. Me detuve bajo las torres de alta tensión (sorprendentemente se ven claramente en Google Earth).
Silencio, luz anaranjada y rosada por todas partes.
Hasta que finalmente el sol se puso.
Tomé la moto y bajé por el lado poniente de la cuesta, buscando el camino que había visto la vez pasada. Resultó ser un pequeño proyecto de reforestación, y el camino se acabó a los 100 metros. Volví a subir, y pasé nerviosamente a los Carabineros. Me coloqué detrás de un camión al pasar.
A la bajada, ya a oscuras, puse el motor en neutro. Las curvas y la pendiente son más graduales en el lado oriente de la cuesta, y me fui con el sonido del motor en ralentí, la visera del casco arriba, el viento silbando.
A diferencia de lo postulado por algunos hace unas semanas en el Foro Adach, no fue el fin del mundo, no perdí el control de la moto, y las curvas fueron una delicia relajada, incluso diría que fue más grato tomar las curvas con el motor en neutro. Una gran y cómoda bicicleta bajando un camino casi a oscuras a 65 km/h.
Vi que a lo lejos, por detrás, se acercaba un auto. Aceleré las RPM del motor, todavía en neutro, para darle más intensidad a mis luces y así ser más visible. Grande fue mi sorpresa cuando sentí un efecto de frenado al acelerar el motor. Cuando el auto había pasado ya, lo hice de nuevo. Efectivamente, al acelerar desde ralentí hasta mayores RPM, aparece una desaceleración pequeña pero ciertamente notoria en la velocidad de la moto. Similarmente, al soltar el acelerador, la desaceleración desaparecía.
Jugué con esto un buen rato. Supongo que tiene que ver con alguna parte del motor transfiriendo su momento a alguna otra por medio del aceite, como sucede en un convertidor de torque. Qué sé yo.
Compré una empanada en el lugar de siempre, y volví a Santiago, maldiciendo los bichos que se pegaban en la visera.
3 Comments:
Muy buen viaje compadre... llame pa la otra pues!!! Cuánto tiempo duro??
ARV.-
pd: con los postes de alta tensión, protegiste tu área "sensible"?? ;-)
Gracias por las imágenes :)!
Después del paseo mareador del post anterior y en nuevo paseo por este, te digo que fue un relajo.
JeCka
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