Valles Caldera
Probablemente recordarán la mención del Valles Caldera en el artículo anterior sobre Los Álamos. En la época en que al joven Oppenheimer lo llevaron a explorar dudo que haya existido camino alguno que siquiera se acercara a esta enorme caldera volcánica. Pero seguramente la vegetación, y las vistas, habrán sido las mismas.
Durante mi estadía al pie de las Jémez, visité varias veces la caldera. Era un destino lógico, de acuerdo al impulso que siempre me surge al andar en moto, el de subir al punto más alto de la geografía local.
Ésta es la vista desde la cuesta de subida hacia las Sangre de Cristo. Santa Fé se encuentra lejos, a la derecha de la toma. Los Álamos, por la intersección, a la izquierda.
Sin importar el calor que hiciera en Los Álamos, allá arriba el aire siempre era gratamente fresco. Y entendiblemente, por estar cerca de los 3000 m de altitud.
Todavía se ven huellas del enorme incendio que arrasó con hectáreas del bosque del lado Este de las Jémez en el 2004. Se llevó una buena cantidad de casas de Los Álamos, y casi llegó hasta edificios propios del Lab. La vista desde Los Álamos hacia las Jémez en verano hace eco de lo que vi en las laderas de los cerros en el sur profundo de Chile: esqueletos de bosques nativos que nunca volvieron a crecer.
Aquí, el camino sirvió de cortafuegos.
A veces subía después de la lluvia vespertina.
Es fácil olvidarse que uno está en un pequeño oasis alpino en medio del desierto enorme y aburrido de New Mexico.
Recordarán, quizás, una vista invernal del Valles Caldera. Pero aquí lo tienen en verano, al atardecer: (click)
Una enorme pradera pintada aquí y allá por el sol que se fuga.
A decir verdad, no sé si vi el Valles Caldera en otro momento que no fuera al atardecer.
Cuando sopla el viento, uno ve sus patrones en el pasto seco.
Al atardecer también aparecen los venados, sus pezuñas haciendo click click sobre el asfalto. Representan un riesgo real y serio para cualquier conductor.
Lentes polarizados, $10 en Wal Mart: el mejor par de lentes que he comprado jamás.
Me habría encantado llegar hasta el otro lado de la caldera, pero no era posible. Quizás a pie; pero también leí que esos montes son considerados sagrados por los nativos locales. Y bueh.
Otra razón para querer llegar a esos cerros era poder ver la puesta de sol directamente. Muy lindo el cielo y todo, pero me gusta despedir al sol como corresponde.
Me pregunto qué veían aquellas nubes.
Un manto de oro.
Y ojalá me permitan una foto más o menos repetida, pero de otra textura, y tomada otro día.
Ah, y ésta alguna vez se los dejé como un adelanto de las fotos que vendrían.
Me habría encantado dejar la moto a orillas del camino, y haber bajado a la pradera a caballo.
Más hacia el Sur, siguiendo el camino que bordea la caldera y camino a Jémez Springs, persiguiendo el ocaso.
Pero luego el camino se mete en una quebrada, y para entonces el cielo ya estaría oscuro.
Qué lindos paseos cortitos me di al Valles Caldera, no?
Durante mi estadía al pie de las Jémez, visité varias veces la caldera. Era un destino lógico, de acuerdo al impulso que siempre me surge al andar en moto, el de subir al punto más alto de la geografía local.
Ésta es la vista desde la cuesta de subida hacia las Sangre de Cristo. Santa Fé se encuentra lejos, a la derecha de la toma. Los Álamos, por la intersección, a la izquierda.
Sin importar el calor que hiciera en Los Álamos, allá arriba el aire siempre era gratamente fresco. Y entendiblemente, por estar cerca de los 3000 m de altitud.
Todavía se ven huellas del enorme incendio que arrasó con hectáreas del bosque del lado Este de las Jémez en el 2004. Se llevó una buena cantidad de casas de Los Álamos, y casi llegó hasta edificios propios del Lab. La vista desde Los Álamos hacia las Jémez en verano hace eco de lo que vi en las laderas de los cerros en el sur profundo de Chile: esqueletos de bosques nativos que nunca volvieron a crecer.
Aquí, el camino sirvió de cortafuegos.
A veces subía después de la lluvia vespertina.
Es fácil olvidarse que uno está en un pequeño oasis alpino en medio del desierto enorme y aburrido de New Mexico.
Recordarán, quizás, una vista invernal del Valles Caldera. Pero aquí lo tienen en verano, al atardecer: (click)
Una enorme pradera pintada aquí y allá por el sol que se fuga.
A decir verdad, no sé si vi el Valles Caldera en otro momento que no fuera al atardecer.
Cuando sopla el viento, uno ve sus patrones en el pasto seco.
Al atardecer también aparecen los venados, sus pezuñas haciendo click click sobre el asfalto. Representan un riesgo real y serio para cualquier conductor.
Lentes polarizados, $10 en Wal Mart: el mejor par de lentes que he comprado jamás.
Me habría encantado llegar hasta el otro lado de la caldera, pero no era posible. Quizás a pie; pero también leí que esos montes son considerados sagrados por los nativos locales. Y bueh.
Otra razón para querer llegar a esos cerros era poder ver la puesta de sol directamente. Muy lindo el cielo y todo, pero me gusta despedir al sol como corresponde.
Me pregunto qué veían aquellas nubes.
Un manto de oro.
Y ojalá me permitan una foto más o menos repetida, pero de otra textura, y tomada otro día.
Ah, y ésta alguna vez se los dejé como un adelanto de las fotos que vendrían.
Me habría encantado dejar la moto a orillas del camino, y haber bajado a la pradera a caballo.
Más hacia el Sur, siguiendo el camino que bordea la caldera y camino a Jémez Springs, persiguiendo el ocaso.
Pero luego el camino se mete en una quebrada, y para entonces el cielo ya estaría oscuro.
Qué lindos paseos cortitos me di al Valles Caldera, no?
9 Comments:
Muy bonitos estos caminos que has recorrido, y es un placer ver como los inmortalizas en unas hermosas fotos...al final esto es lo que hace que la vida tenga esos momentos kodak para nunca olvidar...te deseo muchos caminos, muchas historias y que sigas compartiendo todas esas experiencias de tus viajes sean largos o cortitos!
Gracias por tan bonito Post, mi amigo.
R.
Me encantó esta foto.
IMG_2815_4_3_2_1_tonemapped-1-wmk.jpg
Parece un cuadro pintado con muchísima dedicación.
maestro, notables sus fotos y aventuras.
Saludos desde "choclolandia" cagado de frio con -15 C y tapado en nieve!
Hermoso post. Una historia de "alta calma". Repleto de contrastes.
Beso!
J.
Amo este Blog !!
Excelentes fotos.. te podrias pasar el dato con que camara tomas las fotos.. y si los colores los resaltas con photoshop ! jaja
Saludos !
Parabens pelo lindo blog, andar de moto nos mostra outro mundo.
rcalves.blogspot.com
Abraços
Rogerio
Mira, pues bien, estaba buscando cosas sobre grandes nombres entre oldschool bikers y me deparé con tu blog! Y tengo que felicitarte y decirte que me inspiras. Viajo en moto hace ya algún tiempo y nunca saqué fotos de mis viajes.. y eso que en momentos me arrepenti de no llevar máquina. De ahora en delante, te copio, con el debido permiso...
A fin de año estoy planeando salir de São Paulo en un viaje hasta mi pais natal, Chile, subir hasta Arica y después bajar hacia el sur, hasta pasar a Uchuaya y subir por Argentina de vuelta a Brasil, todo con la "Enemiga", una HONDA CB400 bobber, que tengo.
Así es que mejor ya voy practicando con la cámara, eh?
Felicitaciones
Dan.
PRYMUS M.C.-BRASIL
me encantan las fotos estan demaciado buenas.. yo practico el deporte pero quisiera mejorar las formasy angulos de las fotos.. me facina la naturaleza...!!!
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